Por Eduardo de los Ríos|
“Nació
en mero Tulancingo un 23 de septiembre, nació de muy buena pata con el santo por nombre enmascarado de
plata…” así es como la canción “Guacarock del Santo”
del grupo de rock mexicano “Botellita de Jerez” nos comienza a platicar la
historia de uno de los ídolos más grandes de la cultura mexicana de los últimos
tiempos.
Conocido entre los mortales como Rodolfo Guzmán Huerta;
nacido el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo.
Comenzó su carrera como obrero de un fábrica
textil en la Ciudad de México, practicando varios deportes entre los que
destacan béisbol, futbol americano, jiujitsu y el deporte por el cual se volvió
una leyenda… la lucha libre.
Rodolfo comenzó a luchar con diversos nombres como “El
Hombre Rojo”, “El Murciélago 2”; para finalmente convertirse en el “Santo: El Enmascarado
de Plata”. Este último título fue
sugerido por el entrenador del luchador, Jesús Lomelí.
En 1942 debuto El Santo como un gladiador del bando
de “Los Rudos”, el cual se destaca por ser los malos del cuento en oposición a los buenos, representados por
los “Técnicos”. Bando al cual se uniría eventualmente “El enmascarado de Plata”.
Entre sus logros luchisticos se encuentran varios campeonatos de peso crucero,
las cabelleras del Cavernario Galindo, la de El Perro Aguayo y la máscara de
Black Shadow; la creación de la llave “De a caballo” y “El tope Suicida”.
Su gran rival siempre fue el gran Blue Demon,
ya que su rivalidad no solo era en el ring, sino que muchas veces en la
pantalla grande y en los puestos de periódicos estaban en constante competencia
para ver quién era el mejor.
Una década después de su debut, en 1952, se le ofreció al
Santo aparecer en una historieta creada por el artista José Guadalupe Cruz,
dicho cómic fue publicado sin parar hasta la década de los 80´s. A finales de dicha década, “El Enmascarado de Plata”, ya se había
convertido en un superhéroe de carne y hueso, lo que trajo consigo su debut en
el cine en la cinta “El Santo vs El Cerebro del Mal”, película en la cual combatía
contra un científico perverso que desea lavarle el cerebro a las personas y
volverlos zombis.
A partir
de ese momento El Santo protagonizó 52 filmes, varias apariciones en televisión
y teatro, sin dejar de luchar un solo día de su vida. El
estilo de estas películas contenía argumentos donde actuaba como un superhéroe luchando contra criaturas
sobrenaturales, científicos locos o el crimen organizado.
Aunque se les quiso dar un enfoque muy serio tratando
de crear un estilo de horror gótico que sin querer se consideraban más bien comedias
involuntarias. Pero pese a esto, fueron
grandes éxitos de taquilla, y se exportaron a muchos países. Incluso en Europa las
películas del Santo fueron consideradas verdaderas "joyas" de un
estilo de "cine surrealista mexicano", adquiriendo un estatus de cine
de culto.
El gran
Enmascarado de Plata apareció en 1982 para anunciar su retiro en el programa “Contrapunto”
que conducía Jacobo Zabludosky y en el cual se retiró la máscara y después de
40 años de carrera se conocía el rostro de Rodolfo Guzmán Huerta. Debido a que
nunca se le veía sin su icónica tapa plateada.
El Santo siempre decía:
“El día que yo me
quite la máscara, el Santo muere”
Y como
premonición. El gran ídolo, El Enmascarado de Plata murió el 5 de febrero de
1984 a los 66 años de edad a causa de un
infarto, después de una actuación en el teatro Blanquita de la Ciudad de México.
Al día siguiente El Santo fue enterrado con todo y su máscara puesta. Fue
despedido por unas 10 mil personas; además sus rivales Blue Demon y Black
Shadow cargaron el ataúd de la leyenda de Plata.
Su influencia es tan
grande que sus películas son aclamadas en el extranjero, sus historietas son
joyas de la iconografía mexicana, su imagen en una de las estampas más
reconocibles de México, ha inspirado a muchos luchadores jóvenes, canciones, juguetes,
etcétera.
Para mi El Santo es un símbolo del pueblo mexicano,
que comienza desde abajo, que lucha, que no se rinde y que nos demuestra que
todo es posible. Nos enseña que se puede ser alguien noble, con un aprecio a
los demás, ser el héroe de muchos e inspirarnos a ser mejores. Además es innegable
que todos lo conocen y saben de sus logros, pocas personas llegan a ser ídolos
de ese tamaño. El Santo era de esos.
Yo comencé a engancharme
de la lucha libre gracias a que mi padre me mostró a esos guerreros que luchan
en un ring de 12 cuerdas, todos lo domingos. Pero quien me hizo enamorarme del deporte del costalazo fue El Enmascarado de Plata, su estilo de lucha y
su calidad humana me hicieron vitorearlo a pesar de ya haber muerto y solo
verlo luchar en el cine.
Así pues los
invito a que si no son fans de la lucha libre, conozcan este fabuloso deporte;
si no conocen a Santo, vean su cintas, lean sus historietas y dense cuenta de
la importancia que tiene este gran luchador para nuestro país.
¡Feliz cumpleaños 99 Santo!
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