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jueves, 17 de noviembre de 2016

#LADOCBOOKS Homo Videns de Giovanni Sartori

Por Eduardo De Los Ríos

Giovanni Sartori
Giovanni Sartori dice que lo que distingue al ser humano de las demás criaturas es la capacidad que tenemos para poder procesar todos los mensajes que recibimos, esto a través del lenguaje y el simbolismo que nosotros le damos a los sonidos que emitimos para podernos comunicar con otros seres humanos, todo esto lo podemos condensar en la siguiente frase “el lenguaje no solo es un instrumento de comunicación sino que también es instrumento de pensamiento y este no requiere de los medios visuales.

Para Sartori la televisión es lo que ha hecho que hombre pierde la capacidad de razonamiento al simplemente convertirse en un mero receptor de las señales que recibe del aparato que tiene en frente, acepta que la televisión puede a hacer muchas maravillas como , llegar a lugares remotos donde otro tipo de medios no pueden simple mente por la cultura que se tiene en ese lugar, lo que significa que es mas fácil llevar un medio visual a la gente analfabeta que con un libro o periódico no tendría idea de que hacer con el.


Pero el gran inconveniente que Sartori le ve a la TV es que como seres racionales al enajenarnos frente a ella durante horas., perdemos la capacidad de entender las cosas que estamos viendo sin tener idea de que nos están hablando los personajes de la pantalla; este fenómeno traslada la comunicación escrita a contexto visual lo que la transforma dinámica, tanto que no importa el idioma en  el que este; ya sea árabe, ingles, japonés, etc. Siempre el publico va a entender lo que se le esta diciendo con ayuda de las imágenes que se le transmiten.

Tal es el magnetismo de la televisión que  ya no es otra herramienta mas de la comunicación para dar a conocer noticias, sino que ya han modificado nuestra capacidad de ver y entender; por lo cual ahora la información que antes se nos relataba de manera escrita, ahora ya se no relata en base a las imágenes que nos muestran en el televisor durante los noticieros. 


Esto anula nuestros conceptos propios y nos quita nuestro raciocinio lógico; por ejemplo muchas de nuestras opiniones han sido inducidas por la televisión y no por nosotros mismos como se supone que debería hacerse según la naturaleza de nuestra raza. Esto se ve reflejado en el momento que la sociedad leía periódicos y se formaba una propia opinión y esto equilibraba la balanza de opiniones a favor o en contar de un tema, pero con la aparición de la televisión esto no fue mas así, si no que indujo conductas mas hacia un solo lado, en vez de equilibra las opiniones de maneras saludable como debería ser.


Pero esto suele ser muy contraproducente en el sentido de que muchas veces favorece a mucha gente que va en contra o a favor de una idea en la cual no están de acuerdo lo que mueve muchas fibras sociales que de otro modo no hubiese sido posible realizarse. Pero el otro problema es que con ese bombardeo masivo de información se crea mucha desinformación , que la mayoría de la gente ignorante cree que todo lo que ve en su TV es verdad aunque la mayoría de las veces no es verdad y la información ha sido manipulada por el medio que la transmitió; por lo que el espectador pierde su capacidad de diferenciar las mentiras de la realidad que vive y que ignora al cien por ciento.


También este medio reduce casi a cero las interacciones entre personas aun en la misma casa o lugar donde se cuente con un televisor y la única interacción con la que contamos es con la maquina , pero no con otro seres humanos que son fundamentales en nuestra vida diaria. Este libro es una gran herramienta con la cual podemos comprender como la televisión según Sartori a la vez de tener cosas buenas tiene mas aspectos malos que la gente ni siquiera se pone a reflexionar sobre la importancia de formarse un criterio propio y uno prefabricado como los que reparte la televisión, que además destruye la relaciones humanas; generando una gran desinformación entre el publico menos culto. En si este libro te despierta y te invita a no “enajenarte” frente a la TV.

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